DIOS SIEMPRE ESCUCHA NUESTRAS ORACIONES.
QUE YO VEA
"Un mendigo ciego llamado Bartimeo estaba sentado junto al camino.
Al oír que pasaba Jesús comenzó a gritar:
"Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí".
Y muchos lo increpaban para que se callara, pero él gritaba mucho más:
"Hijo de David, ten compasión de mí".
Jesús se detuvo y dijo: "¡Llámenlo!".
Y llamaron al ciego diciéndole:
"¡Ánimo! Levántate, que te llama".
Él, tirando su manto, saltó y se llegó a Jesús.
Y Jesús le dijo:
"¿Qué quieres que te haga?".
El ciego respondió: "Señor, que yo vea".
Y Jesús le dijo:
"Ve, tu fe te ha salvado":
Al punto recobró la vista y seguía a Jesús por el camino.
San Marcos X, 46-52.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.