EL REY Y LOS DOS SABIOS
Un rey soñó que había perdido todos sus dientes.
Después de despertar mandó llamar a un sabio para que interpretara el sueño.
El sabio le dijo: ¡Qué desgracia! Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad.
El rey respondió: ¡Qué insolencia has dicho! ¿Cómo te has atrevido a decir semejante barbaridad? ¡Fuera de aquí!
El rey llamó a un guardia y ordenó que le dieran al "sabio" cien latigazos.
Más tarde, el rey pidió que trajeran a otro sabio para contarle lo que había soñado.
Este sabio, después de escuchar con atención al rey, dijo:¡Excelso Señor!, gran felicidad os ha sido reservada.
El sueño significa que vuestra majestad sobrevivirá a todos vuestros parientes.
Se iluminó el semblante del rey, y con una gran sonrisa ordenó que le dieran al sabio cien monedas de oro.
Cuando el sabio salió del palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado: ¡No es posible!
La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que hizo el primer "sabio".
No entiendo por qué al primero le pagó con cien latigazos, y a ti te premió con cien monedas de oro.
El sabio le respondió: Todo depende de la manera de cómo decir las cosas.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.