CASTILLOS DE ARENA
En la playa, los niños construyen un castillo.
Con sus manitas recogen la arena hasta armar muros y torres. Después de contemplar por unos momentos su obra, en un arrebato de alegría destruyen todo; y esparcen la arena mientras observan cómo las olas borran cualquier señal del castillo. ¿Por qué motivo emplean tanto tiempo y esfuerzo en construirlo para luego derribarlo? Porque han aprendido a disfrutar todo, a sacar provecho de cada situación, a vivir el presente con alegría.
Al niño que se le ofrece escoger un caramelo hoy o tres mañana, tomará siempre el de hoy. Muchos adultos, por el contrario, elegirían los tres caramelos de mañana. Hay que aprender a disfrutar lo que ahora tenemos, lo que ahora somos y con quien ahora estamos. Todo es pasajero y de corta duración.
Los apegos desmedidos a los bienes materiales y a las personas engendran mucho dolor en quienes consideran que eso era su pertenencia.
En su juventud gastó su salud por tener dinero. Y en su vejez gastó su dinero por tener salud. Y ya sin dinero, y ya sin salud, allá va Romero en un ataúd.
Rico no es quien tiene mucho, sino quien poco necesita.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.