"Mis ovejas escuchan mi voz. Yo las conozco y ellas me siguen; yo les doy la vida eterna, y no perecerán jamás; no me las arrebatará nadie de mis manos". Juan 10, 27, 28.
EL COMPROMISO
Cuando una persona se compromete a llevar una vida digna, limpia y transparente, lleva consigo una fuerza poderosa. Una vez que adquiere ese compromiso, nada la detiene hasta alcanzar sus metas.
Esa persona se exige ciento por ciento de esfuerzo todo el tiempo; algo menos que esto, no sería suficiente. La perseverancia y la dedicación, el dominio de sí, el trabajo competitivo y duro, el sacrificio y el respeto por los demás es el precio que debe pagar para ser feliz.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.
