"El que dé un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, porque es mi discípulo, no quedará sin recompensa: soy yo quien se lo digo". Mateo 10, 42.
DIOS DA ALIMENTO A LAS AVES, PERO NO LO PONE EN EL NIDO
Dios, en sus milagros de todo tiempo, ha querido necesitar de la aportación del hombre; aunque sea el estirar nuestra mano para tocar la orla de su manto, el gritar para que me oigan aunque se molesten algunos, el lanzar la red aún a pesar del cansancio y la desilusión, el llenar de agua los odres de las purificaciones, el quitar la piedra de un sepulcro en dónde está depositado aquel que ya experimenta el proceso natural de la descomposición. Y hoy, el Evangelio nos invita para que pongamos nuestros cinco panes y nuestros dos pescados en las manos de Dios. (Extracto de reflexión dominical del padre Rogelio Narváez Martínez).
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary yJaime.