Yo tengo la libertad de cuidar mi salud. Yo decido cuidarme. Yo decido tener pensamientos positivos. Si deseamos mejorar nuestro sistema inmunológico y en consecuencia, nuestra salud, debemos tener pensamientos relacionados con el aprecio; pensamientos positivos. La alegría, la paz contribuyen a mejorar la salud.
Aferrarse a la ira se convierte en el intento de querer agarrar un carbón ardiente con la intención de arrojárselo a alguien: es uno mismo quien, al final de cuenta resulta quemado. Somos tú y yo los que nos volvemos esclavos de nuestros propios resentimientos.
¿Agradará a Dios el que seamos rencorosos; el que odiemos a alguien? Él nos ha dicho que nos amemos los unos a los otros.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.