LA REFLEXIÓN LASALLISTA
Es la acción motivadora que a diario espera el alumno de su educador.
El maestro lasallista jamás deja de dar la oración y reflexión. Los exámenes, los avisos y las actividades extras no impiden que el maestro dé la oración y reflexión, privarse de ello es negarse a vivir el mejor momento del encuentro con sus alumnos.
El educador lasallista necesita Tiempos de desierto, de silencio y de oración.
Si cuidamos los desiertos, el silencio y la oración, ellos cuidarán de nosotros y de nuestra vocación.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.