LA SONRISA
No cuesta nada, pero crea mucho; enriquece a quienes la reciben, sin empobrecer a quienes la dan. Ocurre en un abrir y cerrar de ojos, y su recuerdo dura por siempre.
Nadie es tan rico que no necesite una, y nadie es tan pobre que no pueda regalar otra. La sonrisa crea la felicidad en el hogar, alienta la buena voluntad en los negocios, y es la contraseña de los amigos.
Es descanso para los fatigados, luz para los decepcionados, sol para los tristes, y el mejor antídoto contra las preocupaciones.
Reflexión:
¡Cuánto bien podemos hacer con una sonrisa! La sonrisa no puede ser comprada, ni pedida, ni robada, ni prestada, porque es algo que no brinda beneficio a alguien, a menos que sea espontánea y gratuita.
Si alguien está demasiado cansado para que nos regale una sonrisa ¿podríamos nosotros darle una para reanimarlo? Nadie necesita tanto una sonrisa como aquél a quien no le queda ninguna que dar.
Máxima:
De todo lo que te pones, tu expresión es lo más importante.
Mi compromiso:
Hoy regalaré muchas sonrisas.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.