NUESTRO MODELO
Nuestro modelo, sin lugar a dudas, será siempre Jesús, Aquel que es manso y humilde de corazón y que puede hacer que nuestro corazón arda mientras nos habla.
El Señor Jesucristo, el día de hoy nos invita a la conversión. Pidámosle a Dios la conversión. Así como el oro se depura, así también nosotros hemos de ser purificados y santificados para poder servir a Dios.
Si no amamos al prójimo como Jesús lo ama, ¡necesitamos conversión! Si no vemos al prójimo como Jesús lo ve, ¡necesitamos conversión! Si tú y yo no tratamos al prójimo como Jesús lo trataría, ¡necesitamos conversión!
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.