lunes, 11 de noviembre de 2013

ADHERENCIAS.

ADHERENCIAS

El rencor  no suele dañar a aquel que se le tiene sino a aquel que lo tiene y lo quiere conservar.

 

 (Extracto de la reflexión dominical del padre Rogelio Narváez Martínez)

Bernard Häerhing es un sacerdote redentorista que escribe en una obra titulada:

"La fe fuente de salud" el siguiente pensamiento:

"Una memoria completamente ocupada por recuerdos rencorosos, desempolvados continuamente, está seriamente enferma y será fuente y causa de muchas enfermedades para la persona afectada y para su entorno". 

El rencor  y  la cólera, respaldados por el orgullo y nuestra soberbia, suelen ser aquellos elementos que nos impiden perdonar al hermano.

Se trata de un resentimiento que va provocando una serie de efectos nocivos en nuestra vida:  

Son como una especie de residuos en el fondo del corazón que pueden intoxicar la totalidad de la vida cristiana.

Son como esas adherencias que forman parte de nuestros órganos, las cuales podrían causar alarma en cualquier médico sensato al realizar el lamentable hallazgo.  

Al final de cuentas, somos tú y yo los que nos volvemos esclavos de nuestros propios resentimientos, ya que el rencor  no suele dañar a aquel que se le tiene sino a aquel que lo tiene y lo quiere conservar.

Que Dios y María Santísima te bendigan.   Mary y Jaime.

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