Yo soy la vid verdadera, y mi Padre el labrador. Él quita todo sarmiento que no da fruto en mí, y limpia el que da fruto para que dé más.
Vosotros estáis ya limpios por la palabra que os he dicho. Seguid unidos a mí y yo a vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no está unido a la vid, así tampoco vosotros, si no estáis unidos a mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, da mucho fruto; pero sin mí nada podéis hacer.
San Juan XIV, 1-5.
Máxima:
Fuera de Dios jamás hallaremos felicidad.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.