Una persona que tiene esperanza jamás permite en su mente un pensamiento negativo.
Las cosas negativas aléjalas bastante de tu mente, quítales color; hazlas chiquitas, quítales sonido, desaparécelas: Respira profundamente varias veces, que se vayan al cielo, que se hagan pequeñitas, que Dios haga el resto.
El atleta que corre para librar obstáculos, no tiene duda que llegará a su meta; si se cae un obstáculo al correr, no se sentará a llorar y a reclamarle a Dios que por qué a él le pasó eso.
La vida es una carrera de obstáculos, y Dios la corre junto con nosotros; Cristo nos garantiza que llegaremos a la meta, porque para eso resucitó.
La esperanza quita de nuestro vocabulario la palabra fracaso.
Una persona con esperanza nunca se va a detener, nada lo detendrá.
(Luis Jorge González, sacerdote Carmelita Descalzo).
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.