NO JUZGAR
Un chico de 22 años viendo a través de la ventana
del autobús gritó:
¡Papá, mira los árboles como van corriendo detrás!
El Papá sonrió; y una mujer, sentada cerca, miro al
joven de 22 años; y murmuró que ya estaba viejo
como para andar diciendo eso.
Otra vez exclamó el joven:
"¡Papá, mira las nubes están corriendo con
nosotros!".
La muchacha no pudo resistirse y le dijo al papá:
"¿Por qué no lleva a su hijo con un buen médico?"
El papá sonrió y dijo:
"Ya lo hice; venimos saliendo del hospital.
Mi hijo era ciego de nacimiento; hoy es el primer
día que puede ver".
La mujer quiso tragarse lo que habían dicho.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.