SÉ TÚ MISMO
En un pastizal un buey estaba paciendo.
Una rana lo vio, y llena de envidia se dijo:
¡Qué bonito animal! Yo quiero ser igual.
Y comenzó a hincharse, extendiendo al máximo su elástica piel.
Luego le preguntó a sus renacuajos: Hijitos, ¿ya soy igual al buey?
¡Huy mamá! Te falta mucho, muchísimo todavía.
La rana, molesta pero decidida a ganarle en tamaño al buey, siguió hinchándose con más fuerza, hasta que de pronto Reventó.
Esopo.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.