HÁBITOS BUENOS
Agradecer y platicar con Dios al despertar.
Saludar a las personas con amabilidad.
Ponerse en la presencia de Dios varias veces al día.
Meditar jaculatorias.
Bendecir los alimentos.
Rezar durante el día.
Frecuentar los sacramentos.
Invocar al Ángel custodio.
Rechazar los pensamientos negativos.
Permanecer alertas y vigilantes para no caer en tentación.
Dar las gracias.
Sonreír.
Pedir las cosas por favor.
Hablar y escribir bien.
Bañarse diariamente.
Lavarse las manos antes y después de comer.
Lavarse las manos después de ir al baño.
Taparse la boca al estornudar.
No pasar en medio de dos personas que estén platicando.
No hablar con alimento en la boca.
Lavarse los dientes después de comer.
Mantener limpios los zapatos.
Sentarse correctamente.
Masticar bien los alimentos.
No decir malas palabras.
Evitar discusiones.
No insultar.
Evitar bromas de mal gusto.
Disculparse si se obró mal.
No lanzar miradas obscenas.
Comer con moderación y sin prisas.
Caminar correctamente.
Escuchar a los demás cuando hablen.
No interrumpir a las personas.
Tener horarios para alimentarse.
Acostarse antes de las diez de la noche.
Levantarse temprano.
Dormir ocho horas.
No gritar.
Hacer ejercicio cada día, de treinta a sesenta minutos.
Desayunar bien.
Evitar la comida chatarra.
Beber suficiente agua al día.
Comer cinco porciones de frutas y vegetales diariamente.
Preferir el pescado, el pollo y el pavo en lugar de carnes rojas.
Tomar un vaso de agua al despertarse.
Evitar tomar refrescos embotellados.
Limpiar el escritorio y la habitación, mantenerlos limpios.
Leer uno o dos libros por mes.
Leer treinta minutos o más cada día.
Pensar positivamente, eres lo que piensas todo el tiempo.
Respetar horarios de actividades. Ser muy puntuales a las citas.
No al sedentarismo; hacer ejercicio físico.
Limitar la televisión, la computadora, la tableta, los teléfonos inteligentes y los videojuegos.
Antes de dormir hacer un examen de conciencia y rezar a Dios y a María Santísima.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.