viernes, 10 de junio de 2011

JESUCRISTO.

Jesucristo es un hombre y el más dulce y humano de los hombres, pero también es Dios. ¡Qué dicha creer en Él! Dios se acerca a nosotros y nos abre sus brazos y nos estrecha contra su corazón. 

Escuchamos sus palabras en el Evangelio, sentimos su influencia en la oración, y nos unimos a Él en la realidad de su presencia Eucarística. Quien cree en Jesucristo y vive en Él, no puede ser ciego, no puede ser malo, no puede ser desgraciado, porque Jesús es luz para la inteligencia, amor para el corazón, fortaleza para la voluntad; es el "Deseado de las naciones, el Salvador del mundo el "Dios con nosotros" como lo llamaron sus profetas, es el Camino, la Verdad y la Vida.

Dios me ha dado LIBRE ALBEDRÍO, la facultad de poder elegir por mí mismo. Yo decido tomar a JESÚS como lo más importante en mi vida. El Señor mismo nos ha señalado que el objeto principal de la esperanza cristiana no son los bienes de esta tierra, que la herrumbre y la polilla corroen y los ladrones desentierran y roban (Mt 6,19), sino los tesoros de la herencia incorruptible, y en primer lugar la felicidad suprema de la posesión eterna de Dios. No somos cristianos para buscar una felicidad terrena, Somos cristianos por buscar otra felicidad, que recibiremos enteramente cuando se termine esta vida.

Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.

Entradas populares