El enfermo sería injusto consigo mismo si no pusiera de su parte. Para que un enfermito pueda curarse es necesario que la medicina realice su función, pero no es lo único; también hace falta, y mucho, la fe en Dios y la oración. El enfermo debe poner de su parte con su actitud positiva. Dios siempre escucha nuestra oración; debemos pedir con fe, y estar seguros que el Señor nos dará lo que más nos conviene.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.
