lunes, 26 de diciembre de 2011

MIS MANOS.

Cuentan de San Camilo de Lelis, que enseñaba a los novicios cómo debían cambiar la ropa a los enfermos y cómo debían hacerle sus camas.

Sabía el santo que una cama puede representar un elemento de gran alivio del enfermo, pero también un tormento, y que las manos tenían una gran importancia.

Dicen que a veces aconsejaba: "¡Quiero ver más afecto materno! Hemos de poner más corazón, más alma en las manos".

Reflexión:

Mis manos, mis ojos, mis oídos, mis piernas, mis brazos y todo lo que Dios me ha dado es para hacer el bien; para amar, para llevar felicidad y amor.

Decía la madre Teresa de Calcuta, que en el mundo sólo hay tres cosas de valor:

"SER BUENO, HACER EL BIEN Y MANIFESTARLO CON UNA PLÁCIDA SONRISA".

 

Máxima:

Amor con amor se paga.

Mi compromiso:

Hoy daré gracias a Dios por todo lo que me ha dado.

 

 

 

 

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