viernes, 23 de diciembre de 2011

YO ESTOY AQUÍ.

 

El médico Raúl Garza dirige un hospital de niños.

 

En vísperas de la Navidad, se quedó trabajando hasta muy tarde. Ya estaban sonando los cohetes, y empezaban los fuegos artificiales a iluminar el cielo, cuando Raúl decidió marcharse.

 

En su casa lo esperaban su esposa y sus tres hijos para festejar la Noche Buena.

 

Hizo un último recorrido por las salas. Viendo si estaba todo en orden; cuando sintió unos pasos que lo seguían.

 

Unos pasos como de nube, se volvió y descubrió que uno de los enfermitos estaba atrás.

 

En la penumbra, lo reconoció. Era un niño que estaba sólo. El médico reconoció su carita marcada por la enfermedad; esos ojitos que pedían perdón o quizá pedían permiso.

 

Raúl se acercó, y el niño le rozó con la mano:

 

"Usted dígale a alguien que yo estoy aquí". "Por favor, dígale, dígale a alguien". "No importa a quién". "No importa dónde".

 

"Basta con que le diga a alguien que yo estoy aquí.

 

La gente aún tiene corazón y quizá vendrá. No van a dejar a un niño sólo en la noche en que nace Jesús".

 

Solo y con la enfermedad en su rostro. Solo en el banquillo del hospital de niños. Solo mientras los cohetes festivos explotan en el cielo. El niño está enfermo; se siente muy solo.

 

"Usted, dígale, Dígale a alguien que yo estoy aquí".

 

Ese niño está enfermo, está marcado por la muerte; peor aún, está solo, completamente solo. Y es Nochebuena, y él lo sabe.

 

¿Esta Navidad, ayudaré a los necesitados? ¿Seré generoso? ¿Saldré de mi egoísmo? ¿Compartiré lo mío con los pobres? ¿Seré desprendido?

 

Máxima:

Quien dice amar a Dios y no ama al próximo, es un mentiroso.

 

Mi compromiso: Hoy…

 

Que Dios y María Santísima te bendigan.     Mary y Jaime.

 

Entradas populares