Una piedra en la boca en realidad puede ser deseable, al menos ese parece ser el caso de las grullas que habitan las montañas Taurus del sur de Turquía.
Estas grullas tienden a cacarear mucho, sobre todo mientras vuelan. Todo ese ruido capta la atención de las águilas, las cuales se abalanzan sobre ellas y se las comen.
Las grullas experimentadas evitan esta amenaza recogiendo piedras lo suficientemente grandes como para que llenen la boca. Esto les impide cacarear para no ser comidas por las águilas.
"El que guarda su boca, preserva su vida; el que mucho abre sus labios, termina en ruina".
¡Cuántos de nuestros problemas se podrían evitar si aprendiéramos a controlar nuestra lengua!
¡Cuánto dolor podríamos evitar si callamos!
pidamos ayuda a Dios. Pensemos antes de hablar.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.