lunes, 18 de julio de 2011

EL CIEGO BARTIMEO.

 

 Un mendigo ciego llamado Bartimeo estaba sentado junto al camino. Al oír que pasaba Jesús comenzó a gritar: "Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí". Y muchos lo increpaban para que se callara, pero él gritaba mucho más: "Hijo de David, ten compasión de mí". Jesús se detuvo y dijo: "¡Llamadlo!". Y llamaron al ciego diciéndole: "¡Ánimo! Levántate, que te llama". Él, tirando su manto, saltó y se llegó a Jesús. Y Jesús le dijo: "¿Qué quieres que te haga?". El ciego respondió: "Señor, que yo vea". Y Jesús le dijo: "Ve, tu fe te ha salvado": Al punto recobró la vista y seguía a Jesús por el camino. San Marcos X, 46-52.

 

Dios siempre escucha nuestras oraciones. Él se detiene ante la persona que le pide algo. Nos da mucho más de lo que nosotros le solicitamos. Él siempre nos dará lo mejor, lo que más nos conviene. Llama a Jesús, y Él te dirá: ¿QUÉ QUIERES QUE HAGA POR TI?

 

Que Dios y María Santisima te bendigan.     Mary y Jaime.

 

 

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