La gratitud es una de las expresiones de nuestra fe y de nuestra piedad cristiana. La gratitud nos mueve a reconocer y corresponder a los favores recibidos.
La mayor deuda de gratitud la tenemos con Dios, y después de Dios con nuestros padres.
Agradecer los bienes naturales del cuerpo; agradecer los dones naturales del alma.
Dar gracias a Dios todos los días por lo que nos ha dado y por lo que constantemente nos da.
Como virtud humana, la gratitud constituye un eficaz vínculo entre los hombres; revela con exactitud la calidad interior de la persona:
"Es de bien nacidos el ser agradecidos" (nos dice la sabiduría popular). Si falta esta virtud se hace dificultosa la convivencia humana.
Alguien dijo: "No ha producido la tierra peor planta que la ingratitud".
Que Diosito y la Virgencita te bendigan. Mary y Jaime.