Buscar a Dios es ir por buen camino; dirigirse a Él es encontrárselo.
Todas las personas que buscan a Dios, lo encuentran, y no solamente eso, sino que son más felices.
Para buscar y encontrar a Jesús no basta que alguien nos diga "Éste es el Cordero de Dios". Hay que escuchar, moverse, experimentar, gustar.
Dios nos sale al encuentro todos los días, muchas veces.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.