Para que tú te sientas inquieto, molesto, necesitas estar recordando las heridas, las molestias u ofensas que otros te han hecho.
Necesitas estar recordando las películas desagradables que has vivido.
Necesitas representar en tu mente las molestias que otros te han causado, y en consecuencia, caer en depresión; y todo esto se refleja en lo físico, en tu cuerpo.
"Reflejamos lo que sentimos".
Dios desea tu felicidad más de lo que tú la deseas.
La memoria hay que llenarla de Cristo.
Pregunta:
¿Cómo le haría Cristo si se encontrara en esta situación?
(Luis Jorge González, sacerdote Carmelita Descalzo).
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.