EL CAMELLO LLAMADO INDECISIÓN
¿Recuerda usted aquella vieja historia del mercader de babilonia y el camello?
Ambos viajaban en una rica caravana, y una noche, comenzó a hacer mucho frío; y el camello le imploraba al mercader que le permitiera calentar la nariz, solamente la nariz, dentro de su tienda.
Ya ustedes pueden imaginar lo que sucedió.
Poco a poco, pulgada por pulgada, el camello metió la cabeza, luego los hombros, después las patas delanteras y sus jorobas; hasta que finalmente se posesionó de la tienda, dejando al mercader a la intemperie.
Así es exactamente la indecisión.
El postergar, el dejar para después; puede, de pulgada en pulgada, apoderarse de su tienda.
Cada vez que usted aplaza una decisión o una acción, pierde una pulgada más de su tienda, desperdicia un poco de su vida; y antes de darse cuenta, su vida se le ha ido, y usted verá desde la barrera lo que su vida pudo haber sido y no fue.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.