miércoles, 30 de noviembre de 2011

EL HIJO DICE.

 

"No me des todo lo que pida, a veces yo sólo pido para ver hasta cuánto puedo obtener.

No me des siempre órdenes; si en vez de órdenes, a veces me pidieras las cosas,
yo las haría más rápido y con más gusto.

Cumple las promesas buenas o malas; si me prometes un premio dámelo;
pero también si es un castigo.

No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o mi hermana.

Si me haces lucir peor que los demás, entonces seré yo quien sufra.

No corrijas mis faltas delante de nadie. Enséñame a mejorar cuando estemos a solas.

No me grites, te respeto menos cuando lo haces;
y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.

Déjame valerme por mí mismo, si tú haces todo por mí, yo nunca aprenderé.

No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por ti,
aunque sea para sacarte de un apuro.
Me haces sentir mal y perder la fe en lo que dices.

Enséñame a conocer y a amar a Dios,
pero de nada vale si yo veo que ustedes no conocen ni aman a Dios.

Cuando te cuente mis problemas, no me digas: "no tengo tiempo para boberías",
o "eso no tiene importancia"  trata de comprenderme y ayudarme.

Quiéreme y dímelo, a mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no lo creas necesario.

 

Que Dios y María Santísima te bendigan.     Mary y Jaime.

 

Entradas populares