(Extracto de reflexión dominical del padre Rogelio Narváez Martínez)
Con demasiada frecuencia subestimamos el poder de una caricia, una sonrisa, una palabra amable, un oído atento, un elogio sincero, y de las más sencillas muestras de interés. Pero todo ello es capaz de cambiar una vida.
Lo decía Santa Teresa y san Juan de la Cruz: "En el atardecer de nuestra vida seremos juzgados por el amor..."
"Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado". San Juan 15, 12.
"Ama y haz lo que quieras" decía San Agustín. Por su parte, Santo Tomás de Aquino nos dice: "Ama todo lo que puedas".
San Juan de la Cruz escribía: "Donde no hay amor pon amor y sacarás amor".
San Bernardo de Claraval es el autor de aquella famosa sentencia: "La medida del amor es amar sin medida".
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.