Un abuelo muy sabio estaba hablando con su nieto. Le decía: "Me siento como si tuviera dos leones peleando en mi corazón.
Uno de los dos es un león perezoso, enojón, violento y vengador. El otro es trabajador; está lleno de amor y compasión".
El nieto preguntó: "Abuelo, ¿Cuál de los dos leones ganará la pelea en tu corazón?" El abuelo contestó: "Aquel que yo alimente".
Reflexión:
Dios nos ha dado el poder de elección. Yo decido trabajar con gusto o desgano, decido estudiar con entusiasmo o aburrirme.
Yo decido hacer el bien o el mal; decido controlarme o dejarme llevar por los impulsos.
Yo decido ser agradecido o no. Yo decido alimentar mi mente con pensamientos positivos.
Máxima:
Mi lucha más sangrienta la tengo conmigo mismo, todos los días.
Mi compromiso:
Hoy rezaré, alimentaré mi espíritu con pensamientos positivos; seré agradecido; trabajaré con alegría.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.