Lo más importante de la Navidad no son los regalos, ni el arbolito, ni los juguetes, ni las lucecitas, ni los comerciales. Lo más importante es que el niño Dios nazca en el corazón de cada uno de nosotros.
Nuestro corazón debe estar muy limpio para recibir al Salvador. Jesús nos dice en el Evangelio: "Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado". El amor se demuestra con obras, con acciones.
Máxima:
El amor se demuestra con obras, con acciones.
Mi compromiso:
Hoy compartiré con alguien algo de lo mío.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.