Hay en Tierra Santa dos lagos alimentados por el río Jordán. Están situados a unos kilómetros de distancia el uno del otro. Pero, ambos poseen características asombrosamente distintas.
Uno es el Lago de Genesaret, conocido también como Mar de Galilea. Es azul, lleno de vida y de contrastes, de calma y de borrasca. En sus orillas se reflejan delicadamente las flores amarillas de sus bellísimas praderas.
El otro es el llamado "Mar Muerto". Es una laguna salitrosa y densa, donde no hay vida. El agua que viene del río queda estancada.
¿Qué es lo que hace tan diferentes a los dos lagos alimentados por el mismo río? El Mar de Galilea trasmite lo que recibe. Su agua una vez llegada allí, parte inmediatamente para remediar la sequía de los campos. Mitiga la sed de los hombres y de los animales.
El agua del Mar Muerto se estanca. Se adormece. Es salitrosa. Mata. Es "agua egoísta", estancada, inútil.
Las personas que, egoístamente, reciben, guardan y no dan, son como agua estancada, se pudren y causan la muerte a su alrededor.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.