San Pablo nos exhorta para hacer el bien, aborrecer el mal; servir a Dios; vivir en paz, bendecir y respetar a todos; a ser alegres, trabajadores, humildes y fervorosos.
El aprendizaje del respeto es el camino hacia la convivencia. Saber convivir es saber respetar. Mediante el ejercicio diario del respeto logramos construir la fraternidad.
El respeto nos mueve a ver al otro con amor. Nos mueve a ponernos en su lugar, a valorar las diferencias y, a dejar que el otro viva su vida sin manipularlo ni presionarlo.
Que Dios y La Virgen te bendigan. Mary y Jaime.