Tengamos la seguridad de que EL SEÑOR siempre nos dará lo mejor para nuestro bien. Podemos decirle a Dios: Señor, si tú quieres puedes ayudarme en esto que estoy necesitando; y Él dirá: QUIERO. Pidamos con FE, y Dios nos dará lo que más conviene.
Debemos acercarnos a Dios con humildad, apertura, sencillez y confianza... El hombre soberbio se cree superior a los demás; se olvida de Dios y del hermano y solamente piensa en sí mismo. Fuera de Dios el hombre es un ser solitario y hambriento. La satisfacción le dura poco y se acaba pronto, y el pecado jamás produce felicidad. Viene luego la soledad y le pérdida de la dignidad. Fuera de Dios es imposible la felicidad.
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.