"¿Cuánto tiempo ha transcurrido desde que alguien me hizo una caricia? Hace veinte años quedé viuda. Respetada. Todos me sonríen, pero jamás nadie me hace una caricia...
¡Oh Dios, estoy tan sola! Recuerdo a mi esposo Hank y recuerdo a los bebés, ¿De qué otra forma podría recordarlos, si no es juntos? A Hank, mi esposo, no parecía importarle si mi cuerpo se había vuelto grueso y un tanto debilitado; lo amaba y le agradaba acariciarlo. Y los niños acostumbraban abrazarme, mucho...
¡Oh Dios, qué sola me encuentro! Dios mío, yo no sé por qué no educamos a nuestros hijos para que sean un tanto más tontos pero que sean más afectuosos, así como mesurados y dignos. Ellos conducen sus elegantes automóviles. Llegan hasta mi habitación a ofrecerme sus respetos; charlan animados y rememoran. Pero no me tocan, ya nadie me toca. Me llaman mamá, madre o abuela, pero ya nadie me llama Minnie.
Mi madre me llamaba Minnie y también lo hacían mis amigos. Hank me llamaba Minnie. Hace veinte años que nadie me acaricia, hace veinte años que nadie me llama Minnie. Todos se han ido. Y Minnie también se ha ido.
La idea de lo que significa el contacto físico, la cordialidad, la ternura y la solicitud hacia los ancianos, se ha retratado magistralmente en este poema titulado MINNIE REMEMBERS, de Donna Swanson. Este poema fue publicado en su libro, Mind Song (Canción de la Mente).
Que Dios y María Santísima te bendigan. Mary y Jaime.